Tatuaje y piercing – la necesidad de recomendaciones europeas

Tal y como sucedió en Amsterdam [1], un brote de hepatitis B producido en 1978 debido a una persona que realizaba tatuajes fue la ocasión de elaborar recomendaciones de higiene para la práctica del tatuaje en el Reino Unido. Durante este brote se identificaron 30 casos primarios y tres secundarios [2]. Al poco tiempo, se elaboraron recomendaciones para un tatuaje higiénico, que en general fueron bien acogidas por el sector. Estas recomendaciones se extendieron en 1982 a la acupuntura, el piercing de oreja y la depilación por electrolisis. Al mismo tiempo, se votaron las leyes sobre el control de higiene de los que practican estas técnicas {Local Government Miscellaneous Provisions Act 1982 [modificado en 2003] y el Greater London Council [General Powers] Act 1982}. El piercing corporal no se conocía mucho en esa época, aunque sin duda existía y se practicaba furtivamente. Siguieron otras recomendaciones para las terapias estéticas, la higiene de la peluquería y la micropigmentación.