Guías BICHAT para el manejo clínico de la brucelosis y de la brucelosis relacionada con el bioterrorismo

El interés en la Brucella species como arma biológica radica en que es posible la transmisión aérea del agente. Es un agente muy contagioso que se introduce a través de las membranas mucosas, como la conjuntiva, la orofaringe, el tracto respiratorio y las abrasiones cutáneas. Se estima que basta con 10-100 organismos para que una dosis aerosolizada resulte infecciosa para el hombre. Los signos y síntomas son similares en todos los pacientes, cualquiera sea su vía de transmisión, y casi nunca son específicos. Los síntomas de pacientes infectados por aerosol son idénticos a los de pacientes infectados por otras vías. Los tratamientos a base de doxiciclina y estreptomicina, o de doxiciclina y rifampicina, son eficaces para casi todas las formas de brucelosis. No es necesario recurrir a la cuarentena del paciente. Los tratamientos a base de trimetoprim-sulfametoxazol y fluoroquinolonas también son eficaces contra la Brucella, pero están asociados a una tasa elevada de recaída cuando se utilizan como monoterapias. La combinación de ofloxacino y rifampicina obtiene buenos resultados. Incluso si hay pocas pruebas que justifiquen su utilidad como medida profiláctica tras la exposición, se recomienda administrar un tratamiento de doxiciclina combinada con rifampicina durante un periodo de 3 a 6 semanas.